Guía de juguetes

6 de diciembre de 2008

Se acercan las Navidades, y con ellas Papá Noel y los Reyes Magos. Un momento para reflexionar sobre los juguetes con los que juegan nuestros hij@s.
Cada año el Instituto Tecnológico del Juguete publica una guía de juguetes con el fin de ofrecer a los consumidores información detallada y útil sobre juguetes y juegos de calidad, que resulten adecuados a las necesidades lúdicas y pedagógicas de sus destinatarios.


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Miedo a ir al médico

11 de noviembre de 2008

Fuente: YoDona
Ha llegado el otoño, el comienzo del cole y con ellos todas las "itis" (gastroenteritis, bronquitis, conjuntivitis, amigdalitis, etc). Así que las visitas al médico se hacen imprescindibles.
Muchos niños tienen miedo a ir al médico, no sólo por el médico en sí, sino por lo que esta figura lleva asociado: miedo a que los separen de sus padres, miedo a algo desconocido o miedo al dolor. Y si los niños lo pasan mal, los padres no digamos. Ya están temiendo de antemano que llegue ese momento. ¿Qué podemos hacer para que nuestro hijo no lo pase tan mal?
En primer lugar, y aunque parezca obvio hay que ayudar al niño a que se forme una imagen positiva del médico. Por tanto, hay que evitar a toda costa cualquier amenaza que implique al médico o a los hospitales si su hijo no se comporta como tú quieres ("si no comes te llevaré al médico para que te ponga una inyección").
Hay que transmitir una imagen positiva del médico. Debemos hablar de él como si hablásemos de la tía Paca, por lo tanto, no habléis del médico como algo genérico, sino utilizando su nombre de pila. "Vamos a ver a Luis, el doctor. ¿Te acuerdas de él?". No es cualquier doctor, es Luis. Esto ayudará al niño a verlo como alguien cercano. Además, Luis y los demás doctores son muy importantes porque nos ayudan a estar sanos, y si estamos malitos nos pueden curar.
En segundo lugar, hay que distinguir si es una visita rutinaria, una situación de diagnóstico o una visita al hospital que requiere pruebas específicas o una intervención quirúrgica. La ansiedad tanto por parte del niño como de la familia será muy diferente. Normalmente, no se empieza por una operación. Hay toda una serie de pasos previos a realizar. Conviene que, en estos primeros momentos, el niño no asocie siempre dolor a médico. Que pueda disfrutar de alguna visita o revisión en la que no pase nada especial. En cualquier caso será muy conveniente que el niño sepa qué le va a suceder. Habrá que explicárselo de manera sencilla en función de su edad. Por lo tanto, queda prohibido engañar al niño. Poneros en el sitio del niño; si alguien os engaña, aunque luego pidan disculpas, siempre queda un poco de desconfianza.
En niños pequeños con avisarles el día de antes es suficiente, no es cuestión de estar una semana en tensión con lo que va a pasar. Si son un poco mayores (más de 4 años) se puede decir con un poco más de antelación, 2 ó 3 días. Si sabéis que hay alguna prueba que va a ser dolorosa o desagradable no hace falta que entréis en todo lujo de detalles, pero sí es necesario anunciárselo, o por lo menos no le digáis que no le va a doler nada. "Si te pinchan duele un poco, como un pequeño pellizco, pero tú eres muy valiente y mamá estará contigo".
Es necesario que los padres habléis mucho con el niño, que juguéis, que le leáis cuentos sobre el tema. Así de este modo el niño se va familiarizando y además puede dar salida a sus miedos. A veces lo que le preocupa es simplemente que le tengan solo en una habitación, sin dejar pasar a sus padres; otras veces le preocupa que el médico vea sus partes íntimas, y otras veces cosas más importantes como si se va a morir, etc. Es importante que identifiquéis ese miedo, ya que si sabéis qué es lo que le preocupa será más fácil tranquilizarlo. En este sentido, atentos a cuando salgáis de la consulta; en muchas ocasiones es el momento en que se liberan y os cuentan cuál era su preocupación. Os dará pistas para la próxima vez.
Otro aspecto a cuidar es cómo hablamos en general de los médicos. A veces somos muy cuidadosos cuando hablamos del médico del niño, pero no tanto cuando contamos experiencias cercanas o de familiares ("Fíjate ese médico. Es un animal, le dijo que..."). Estaríamos siendo incoherentes. En todas las profesiones hay gente buena y mala, más o menos amables. Vosotros intentaréis buscar lo mejor para vuestro hijo, pero estos comentarios frutos a menudo de un calentón pueden poner a volar la imaginación de los más pequeños y crear miedos innecesarios.
Por último, aunque acudir a los médicos no suele ser muy agradable, si podéis transmitir a vuestros hijos calma y un poco de buen humor seguro que las cosas se ven de otra manera. A ellos les influye mucho vuestro estado de ánimo, así que intentad controlar vuestros miedos y ansiedades.


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Pesadillas y miedos nocturnos

3 de noviembre de 2008

Fuente: Bebés y más
Las angustias que el niño siente durante el día se manifiestan de noche en forma de pesadillas o miedos nocturnos. Las pesadillas son sueños que producen miedo y, por más que queramos, no podemos evitar que las tengan, pero sí podemos brindarles nuestro apoyo y vigilar la información que reciben durante el día.
Las pesadillas aparecen alrededor de los dos años, pero son más habituales entre los tres y los seis. Son sueños largos que ocurren generalmente en el último tercio de la noche. Mientras hay niños que las tienen muy seguido, algunos nunca tienen pesadillas y otros las sufren durante una etapa y luego desaparecen. Normalmente, tienden a disminuir con el paso del tiempo.

Pueden presentarse como consecuencia de un cambio radical en su pequeño mundo, algo que los hace sentir desconcertados como un nuevo bebé en la familia, una mudanza, la separación de los padres, el cambio de colegio, situaciones que les causan inseguridad o alguna circunstancia nueva en su vida que pueda causarle estrés, así lo manifieste de día o no.

Los niños mayores también pueden tener pensamientos de miedo o pesadillas por la noche después de haber oído un cuento que les asustó o haber visto en la tele algo violento que les hubiera perturbado. Monstruos, bichos y otras cosas raras se les aparecen por las noches.
El mejor remedio para las pesadillas y los miedos nocturnos es acudir de inmediato a consolar al niño que se sentirá arropado, se calmará y se dormirá en seguida. Cuanto más demoremos en acudir, se sentirá más asustado al encontrarse sólo en su cama, a oscuras, escuchando su propio llanto y tardará en volver a dormirse. Si el niño llora pero sigue dormido, cálmalo hasta que deje de llorar y se vuelva a dormir pero sin despertarlo. Generalmente, después de una pesadilla, el niño se despierta consciente y es capaz de contar lo que ha soñado. Al día siguiente pregúntale qué ha soñado, tal vez haya algo que le esté preocupando, sobre todo si la misma pesadilla se repite.
Puedes también tomar alguna medida como rutina “protectora” como dejar una luz encendida, rezar una oración o dormir con algún peluche que lo “cuide”.



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Los niñ@s tienen derecho

16 de septiembre de 2008

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El periodo de adaptación

6 de septiembre de 2008

Fuente: Cenit

Vamos a comentar brevemente en que consiste el periodo de adaptación para que también os sirva de reflexión y ayuda para resolver las dudas que podáis tener sobre este periodo o de algún modo superar la angustia, si la hubiera, que os puede suponer dejar al niñ@ en la Escuela Infantil.

Sabemos que el ingreso en la escuela infantil supone un cambio muy importante para el niñ@, “normalmente” es la primera vez que se separa de su familia, sale de su hogar para pasar a un espacio totalmente desconocido, con adultos desconocidos y con otros niñ@s.

Las familias también sufrís una adaptación, ya que suele ser la primera vez os separáis de vuestro hij@. Y lo mismo sucede con las maestras, que también tienen que adaptarse, cada niñ@ es diferente, hay que conocerle, saber sus gustos y preferencias, y conseguir que disfrute y sea feliz en los primeros momentos, y luego, durante el curso.

La entrada del niñ@ en la escuela infantil supone para él un importante cambio: Implica la salida del entorno familiar donde el niñ@ ocupa un papel determinado, con una forma determinada de comunicarse y con un espacio que conoce, que le da seguridad y protección, y todo esto va a modificarse: su mundo de relaciones va a ampliarse al salir del círculo estrecho familiar, nuevos adultos y nuevos niñ@s, y va a entrar en contacto con un nuevo espacio: la escuela.

Este será paso muy importante en la vida del niñ@, y aunque en algunos casos al principio la separación le resultará dolorosa, el niñ@ lo irá asimilando, y gracias a esta separación se incrementará su autonomía personal y su grado de socialización. Además de ser un paso necesario para aprender que los cambios no tienen por qué ser malos.

El niñ@ experimenta cambios en las áreas de: higiene, alimentación, sueño, rutinas... Las rutinas que se establecen en la Escuela Infantil les ayudan en su organización del tiempo y la actividad, a relacionarse con sus iguales, con los adultos y en la organización del espacio y objetos.

Es posible que durante este periodo puedan aparecer en el niñ@ conductas de rechazo:

* Hay niñ@s que desde el punto de vista somático pueden tener alteraciones de sueño, de alimentación, vómitos…
* Algunos sienten ansiedad ante la separación y pueden sentir abandono, miedo, surgen los celos de los otros hermanos, o pueden tener comportamientos agresivos.
* Desde el punto de vista afectivo y social se observa:

o Niñ@s que lloran: es la manifestación más generalizada.
o Niñ@s que no lloran y participan en la escuela de forma resignada porque la actividad les resulta novedosa, pero en el hogar manifiestan conductas negativas.
o Niñ@s que lloran y se niegan a ser atendidos por extraños.
o Niñ@s que se mantienen aislados, no participan, no se relacionan, permanecen sin moverse.
o Niñ@s que se aferran fuertemente a algún objeto que traen de casa, participan pero con el objeto en la mano.

Debemos saber que estas son manifestaciones normales de este periodo y que si lo entendemos de una forma natural estaremos ayudando al niñ2 en la resolución de este proceso que es el periodo de adaptación.

Para todo ello va a necesitar que le ofrezcamos una gran comprensión y ayuda, ayuda que no consiste en evitar sus sentimientos y conflictos, sino en entenderlos. Y que comprendáis que cada niñ@ tiene un ritmo de adaptación personal que hay que respetar.

Cuando hablamos de la separación mutua de niñ@-familia, entendemos que no sólo se adapta el niñ@, sino que los padres van a tener que adaptarse también.

Los padres tendréis una gran influencia en sus temores, sus expectativas, su ansiedad,... todo lo que vosotros sintáis: La inseguridad, la culpabilidad por la separación, el temor ante el cuidado que vaya a recibir el niñ@, todo eso son sentimientos habituales en los padres, pero debéis cuidar al máximo vuestras manifestaciones externas, para no trasmitir al niñ@ inseguridad.

Consejos para padres

Algunos consejos que podemos daros son:

* Recordaos que vuestra actitud es muy importante. Es necesario no actuar con inseguridad, duda o culpabilidad.
* Durante el periodo de adaptación, en la medida de vuestras posibilidades es conveniente que intentéis llevarle y buscarle vosotros, eso le dará seguridad y se acostumbrará antes al cambio.
* Debemos evitar el chantaje afectivo de “no llores que mamá se va triste”, o la mentira “no llores que mamá viene ahora”.
* Cuando sea la hora de marchar es mejor no alargar la situación: decir adiós con seguridad y alegría. Es importante que no piense que la marcha de los padres es opcional o que si protesta con fuerza impedirá la partida.
* No prolongar las despedidas en exceso. Hay que trasmitir al niñ@ que lo que estáis haciendo es lo mejor para él.
* Dejaremos que el niñ@ lleve, si así lo desea, su juguete favorito, algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.
* No es un buen momento para introducir más cambios en la vida del niñ@ (quitar pañales, cambio de habitación...) Será conveniente esperar a que supere el proceso de adaptación.
* Evitar al recogerle frases como “ay, pobrecito, que le hemos dejado solito”, “¿qué te han hecho?”
* Puede que el niñ@, en el reencuentro con los padres llore o muestre indiferencia, estas son algunas manifestaciones que no deben angustiarnos, a veces el niñ@ también experimenta sentimientos ambivalentes, contradictorios, al mismo tiempo siente la separación con la maestra y el deseo de ir con sus padres.
* Es posible que surjan pequeñas dificultades, no os alarméis, solo está adaptándose a un ritmo diferente.
* Ese pequeño desequilibrio del inicio del curso debe contemplarse desde una actitud serena de normalidad.

Objetivos para las familias

Os proponemos como objetivos para vosotros:

* Que superéis la angustia de la separación.
* Que confiéis en el equipo.
* Que os despidáis de vuestros hij@s sin engaños y con seguridad.
* Que conozcáis y valoréis el periodo por el que pasan vuestros hij@s.

Objetivos para los niñ@s

En cuanto a los niñ@s, en el periodo de adaptación es muy importante la separación con los padres, pero no es solo eso, podríais pensar que si vuestro hij@ no llora, se muestra contento y confiado, no necesita un periodo de adaptación.

Pero este periodo implica a otras muchas cosas: como objetivos durante este periodo el niño debe:

* Aceptar el nuevo espacio y ser capaz de moverse libremente en él.
* Explorar el nuevo material.
* Adaptarse a las rutinas.
* Comprender y recordar las normas y pautas que la maestra va estableciendo.
* Establecer vínculos de afectividad con la maestra y los demás niñ@s.
* Admitir progresivamente la separación de sus padres.

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Vive la vida, no la leas

1 de septiembre de 2008

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Fuente: e-Faro

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Actividades para las vacaciones

13 de junio de 2008

Fuente: guiainfantil.com
Las fiestas se acercan y las vacaciones ya están a la vuelta de la esquina. A partir de ahora los niños estarán más tiempo en casa y eso puede representar un poco de inquietud para los padres que tendrán a su cargo la distracción de sus hijos. Llegarán llenos de energía, y con personalidades e intereses distintos y, por lo tanto, lo mejor es prepararnos. Las vacaciones son una ocasión ideal para aumentar su diversión, afianzar sus progresos y desarrollar nuevas habilidades.
Hemos preparado algunas orientaciones generales para que todos os lo paséis muy bien en estas vacaciones, pero ante todo, es necesario que no olvidéis tres reglas básicas:

Reglas básicas de las actividades infantiles:

1- Propónle actividades con aire de juego.
2- Alégrate con los logros, avances y mejoras de tu hijo.
3- Anímale a concluir objetivos y, cuando lo consiga, prémiale con una actividad especial (cine, paseos, excursión, etc).

Actividades para favorecer el desarrollo motriz:

- Natación. Anima a tu hijo a nadar.
- Juegos que estimulen las habilidades motoras (bicicleta, pelotas, comba y cuerda).
- Dibujar (animales, cuentos, momento familiar y paisajes).
- Colorear con distintos tipos de pintura (lápiz de color, cera, témpera).
- Recortar y punzar (revistas, fotos, papel de seda, cartulina, rollos de papel higiénico).
- Modelar plastelinas, masa de pan y arcilla.
- Montar en bicicleta sin los ruedines.
- Aprender a caminar en patines.
- Caminar, correr y saltar, por la playa y el campo.
- Jugar al "Corro".
- Caminar en contacto con la naturaleza.

Actividades infantiles para el desarrollo intelectual:

- Hablar mucho con los padres, amigos, familiares, vecinos, haciendo hincapié en: escuchar, esperar turno para intervenir, pedir por favor, saludar, pronunciar las palabras correctamente, formar frases bien estructuradas, relatar hechos y acontecimientos.
- Escuchar cuentos o historias.
- Escuchar música.
- Leer imágenes (para aumentar su vocabulario).
- Leer cuentos sencillos.
- Inventar, dibujar y escribir (poesías, cuentos, cartas a los amigos).
- Adornar folios usando variados materiales.
- Jugar a la "cadena" de palabras. Ejemplo: a un grupo de tres o más niños, uno dice una palabra, el siguiente dice la palabra del anterior y añade otra, etc. Va abandonando el juego el niño que no consiga añadir palabras nuevas.
- Jugar al ahorcado.
- Jugar al "Veo-Veo".
- Inventar frases de 3, 4, 5, o más palabras.
- Jugar a emparejar cartas o fichas.
- Jugar con los números.
- Jugar a parchís, la oca, las tres en raya, dominó, y a otros juegos de mesa.
- Montar un puzzle gigante entre todos los miembros de la familia.
- Dormir mucho.
- ¡¡Ser y estar feliz!!.

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Los niños ven, los niños hacen

11 de mayo de 2008

El visionado de este video tiene por objeto hacernos reflexionar sobre cada una de las pequeñas y cotidianas acciones que los niñ@s aprenden cada día. ¿Qué estamos enseñando?


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¡No quiere ir al cole!

1 de mayo de 2008

Fuente: Parasaber.com
Cada día es un drama, se resiste a entrar en la escuela o llora mientras alarga la despedida. Una cosa hemos de tener clara: si no quiere ir es por algo y hemos de averiguarlo.

Todos los niños se hacen los remolones alguna vez cuando llega la hora de levantarse por la mañana y ponerse en marcha para ir al colegio o a la guardería. Aunque se lo pasen bien en la escuela, en casa con mamá será mucho mejor. Les cuesta separarse del entorno familiar, es la ansiedad de la separación, que vuelve a aparecer tras cada periodo vacacional, semana santa, verano o navidades... Volver a la rutina cuesta, les cuesta. La mayoría de las veces se trata de algo esporádico, sin mayor importancia. Quiere jugar con los juguetes que le acaban de regalar, le da pereza oír a toque del timbre todo el día o a veces os echa de menos después de un periodo intenso de compartir con vosotros unas vacaciones. Pero en otras ocasiones el problema subyacente es otro.

Si el niño no padece ninguna enfermedad (gripe, gastroenteritis, otitis) esta causa es la primera que hay que descartar. Después hemos de pensar en otros motivos:

- Ansiedad de separación.
- Presión escolar o académica.
- Dificultades de integración con los amiguitos.

La postura de los padres debe ser firme y cariñosa. Ha de ir al colegio, pero sabiendo que puede contar con nosotros para solucionar los problemas que pueda tener. Si lo dejas en casa, sólo consigues retrasar o aplazar la situación, que se va haciendo mayor cada día que pasa.

Préstale una atención especial si ya tiene más de cinco años y...

- Cada noche pregunta si cuando os despertéis tendrá que ir al colegio.
- Le cuesta mucho despertarse y levantarse y lo hace de mala gana.
- Cada mañana pregunta si se puede quedar en casa, hace el camino quejándose o llora porque no quiere ir.
- Deja de controlar sus esfínteres después de haber superado la fase de aprendizaje, vuelve a reclamar su chupete o se comporta como un niño pequeño, inferior a su edad.
- Se convierte en tu sombra, todo el día enganchado a tus faldas
- Se queja de dolor de estómago o de cabeza y, curiosamente, se le pasa al dejarlo en casa.



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Recomendaciones para el uso del chupete

21 de abril de 2008

Fuente: Mujer Terra
Estos son nuestros consejos:

No debéis iniciar su uso antes de los 15 días de vida, hasta que la lactancia materna esté bien establecida, para así no interferir con ella.

Es recomendable comenzar a restringir su uso a partir de los 8 ó 10 meses, y suprimirlo hacia el año de vida.

A la hora de dejar el chupete, hay que ayudar al niño a que lo haga de modo voluntario, sin métodos drásticos ni traumas. No es bueno que este fenómeno coincida con otros acontecimientos importantes, como el inicio de la guardería o el nacimiento de un hermanito.

Sólo deben emplearse aquellos chupetes que cumplan con las normas de seguridad. Estos son de una sola pieza, tienen una base lo suficientemente grande para impedir que todo el chupete pueda entrar en la boca del niño y llevan una anilla para poder tirar de él y sacarlo.

La tetina del biberón no debe usarse como chupete.

No debemos colgar el chupete del cuello, la muñeca, o la cuna del bebé, para evitar accidentes. Fijarlo a la ropa con un imperdible también es peligroso.

Conviene renovar el chupete cuando el caucho se va desgastando por el uso. Durante los primeros meses es recomendable esterilizar o hervir el chupete una vez al día.

No se debe impregnar el chupete con azúcar o miel, ni mojarlo con agua azucarada.

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Riesgos del chupete

Fuente: Mujer Terra
Frente a los beneficios del chupete, hay una serie de riesgos que hacen que debamos ser prudentes con su uso. Os los detallamos a continuación:

Interferencia con la lactancia materna. El patrón de succión del chupete es diferente al de la succión del pezón, de modo que el uso del chupete puede dificultar la adquisición de la técnica para la lactancia materna. Por otro lado, el niño que satisface parte de sus necesidades de succión con métodos no nutritivos estimula durante menos tiempo el pezón materno, y con esto, disminuye la producción de leche, y el niño está más hambriento e irritable, lo que obliga a los padres a introducir la lactancia artificial. Por este motivo, se recomienda no iniciar el uso del chupete antes de los 15 días de vida, o hasta que la lactancia materna esté bien establecida.

Maloclusiones dentarias. Los hábitos de succión no nutritiva se han relacionado con deformidades de la boca. Estos problemas muchas veces se resuelven solos al suspender el uso del chupete. Sin embargo, su empleo después de los 3 años de edad puede ocasionar deformidades más permanentes que requieran de la intervención de un odontopediatra. El uso prolongado del chupete también se ha relacionado con la aparición de caries dentales, debido a la permanencia en el chupete de restos de alimento.

Otitis media aguda. El chupete puede favorecer el paso de bacterias de la nariz y la garganta al oído medio a través de las llamadas trompas de Eustaquio, aumentando el riesgo de otitis. Esto ocasiona que muchos pediatras recomienden restringir el uso del chupete a los primeros 10 meses de vida, cuando la necesidad de succión es mayor y la otitis media aguda es más infrecuente.

Accidentes. En caso de caída accidental, el borde del escudo de plástico rígido del chupete puede ocasionar heridas al chocar con la cara del niño. Por otro lado, el uso de collares para colgarlo del cuello es muy peligroso, pudiendo provocar la estrangulación. Por último, la aspiración de una parte del chupete, con la consiguiente obstrucción de las vías respiratorias, es otro posible accidente relacionado con este hábito. El riesgo es mayor cuando se usan chupetes de varias piezas, como los fabricados en casa con una tetina unida al tapón de plástico de un biberón.





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¡Vamos a hacer los deberes!

20 de abril de 2008

Fuente: Educastur
Las familias tienen que ayudar a los niños y las niñas a desarrollar actitudes positivas a la hora de hacer los deberes, a la vez que incidir especialmente en la organización de la agenda escolar, el espacio y el tiempo en el momento de programar las tareas a realizar. También es interesante reforzar las técnicas de estudio. Pero, ¿cómo lograr que los deberes sean una experiencia más positiva para los hijos e hijas?


En primer lugar es importante que los y las menores entiendan por qué es importante que hagan los deberes encomendados cada día. Es una tarea de los padres y las madres explicar a sus hijos e hijas que nada que realmente merezca la pena se consigue sin esfuerzo y que, por ello, es necesario seguir trabajando después de clase. La familia debe recordar a los niños y niñas que hace falta que practiquen mucho con los conocimientos que aprenden a diario para llegar a poder dominarlos con facilidad.


Es importante, también, que las familias fijen una hora y un lugar para que los y las pequeñas hagan sus deberes. El lugar escogido puede ser cualquiera donde se pueda trabajar cómodamente y donde no encuentren demasiadas distracciones, aunque es preferible que cuenten con un área, aunque sea pequeña, especialmente destinada al estudio, porque así los niños y las niñas cuentan con un rincón donde mantener sus útiles y herramientas de aprendizaje, como los bolígrafos, los cuadernos, el atlas o los rotuladores, siempre en un mismo lugar. Además, según los psicólogos especializados, el estar en un área especial evoca un sentido de propósito en los escolares y los ayuda a concentrarse en las tareas que tienen. Lo que es un error es obligar a los niños y las niñas a hacer sus tareas siempre en una mesa concreta o en una biblioteca, no pasa nada si ellos y ellas prefieren trabajar una atmósfera más informal y relajada. Pueden hacer los ejercicios en el sillón o en la mesa de la cocina, por ejemplo, lo importante es que estén cómodos y que no existan distracciones a su alrededor. Eso sí, una regla de oro es no dejarles nunca hacer los deberes con la televisión encendida, porque esto fomenta malos hábitos de estudio.


Es más importante, en cambio, que los deberes se acepten como parte de la rutina diaria. Siempre tiene que haber un tiempo reservado para las tareas escolares, incluso los días que no se tengan deberes, los niños y niñas tendrán que aprovechar el tiempo de estudio en actividades relacionadas con los conocimientos que ha adquirido, como, por ejemplo, en leer y escribir.
Para ayudar a los niños y las niñas a planificarse es importante saber cuánto tiempo tendrán que dedicar cada día a los deberes, esta información la podrán conseguir en la reunión de padres y madres con los profesores y profesoras o poniéndose en contacto a principio de curso con el tutor o la tutora. Con todo y con esto, no se puede determinar una hora fija para que todos los niños y las niñas hagan los deberes. Algunos y algunas conservan sus energías cuando vuelven del colegio, pero otros y otras necesitan descansar un rato. Por eso, es importante que la familia haga partícipe a los hijos y las hijas de la decisión acerca de cuál será el mejor momento. Sería conveniente que si en la familia hay varios hijos o hijas se escojan tiempos de estudio simultáneos, ya que si no se hace así, es muy probable que acaben molestándose unos a otros.


A la hora de planificar la realización de tareas pendientes o inacabadas y ejercer cierto control de los deberes, es fundamental habituar a los y las jóvenes en el uso de la agenda escolar, en ella podrán anotar las tareas que han de terminar, los temas a estudiar y los plazos para entregar un trabajo o preparar un control.
Los y las escolares deberían acabar sus deberes, como muy tarde, unos cuarenta y cinco minutos antes de irse a dormir, para que puedan disfrutar un poco de tiempo libre y de relax. Otro tema es cuánto ayudar a los hijos e hijas a hacer los deberes. Es importante que las familias den aliento a los y las escolares, pero eso no significa tener que resolverles todas las dudas. Es buena idea sentarse cerca de los niños y las niñas mientras hacen sus tareas para que sientan su apoyo.


También es importante ayudar en ciertas partes de la tarea e, incluso, participar escuchándoles cuando leen en voz alta o explicándoles algún punto que el niño o la niña no entienden bien, por ejemplo, pero no hay que convertirse nunca el padre o la madre que “hace los deberes”.
Si el niño o la niña se resiste a hacer los deberes hay que explicarle las consecuencias claras de esto. Determinar qué sucederá si sus hijos e hijas fallan en cumplir sus obligaciones. Una idea es identificar varias actividades o privilegios de los que los niños y niñas disfrutan todos los días. Si cumplen las expectativas establecidas, continuarán disfrutando de esos privilegios. Si no cumplen, algunos o todos se podrían suspender.


Cuando se deban suspender los privilegios, hay que hacerlo con firmeza, sin enfados pero consecuentemente.


Finalmente, una vez el o la escolar ha terminado sus deberes es interesante que las familias los revisen, ésta es una manera sencilla de demostrar que se está interesado en las cosas de los niños y las niñas. Por eso, hay que revisar que el trabajo esté completo, no que esté correcto.


Pequeños trucos:


Explicar a los niños y niñas para qué sirven los deberes.
Fijar una hora y un lugar para hacer las tareas cada tarde.
Hay que ser consejero, no hacerles los deberes
Hay que buscar lo positivo y evitar críticas.
Hay que revisar los deberes, no corregirlos.
Fomentar el empleo de la agenda escolar como herramienta de planificación y control de tareas.

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