Mejorar la conducta infantil: el castigo

El castigo es quizá el primer método en el que piensan los adultos ante una conducta no deseada de los niños. Esta técnica resulta efectiva en algunos casos y reduce las probabilidades de que el comportamiento inadecuado se repita. Sin embargo, si se usa de forma sistemática y en contextos que no lo requieren, puede perder eficacia, sobre todo porque no propone un modelo de conducta alternativo.
Antes de aplicar un castigo es necesario tener en cuenta algunas pautas. En primer lugar, debe ser inmediato a la mala conducta, ya que es el único modo de conseguir que el niño comprenda qué se le reprueba y lo asocie al castigo. Es necesario también medir la proporción de la pena en función de la conducta. La levedad o gravedad de ésta determinará la de la infracción. Para que sea efectivo, quien lo impone debe mostrar al niño cuál es la conducta que se espera de él, contraria a la que se castiga. Hay que cuidar, del mismo modo, que no se asocie a una conducta deseada (recoger el cuarto, hacer tareas), para que el niño no la identifique como algo desagradable.

Pincha en los siguientes enlaces para ampliar la información:

Problemas más frecuentes
Pautas generales
Técnicas de intervención

Visto en: Consumer Educación

0 Comments: